La consola de comandos es, para algunos que conocen lo que es, un elemento arcaico que existe en los ordenadores. Una pantalla negra que únicamente entienden algunos “frikis” y que, solo se usa como última opción en el caso de que ninguna ventana pueda ayudarnos. Otros, en cambio, no saben existir sin ella. Es su herramienta para todo, su navaja suiza, su entrada a cualquier cosa.
En Windows, el cmd o PowerShell no suelen ser sexys ni interesantes, en cambio, en los sistemas UNIX esto ya es otra cosa. Existen diferentes formatos de terminal y diferentes intérpretes y complementos, como zsh y oh my zsh, que nos ayudan a hace su uso más sencillo como bien se ha explicado en sobreviviendo a la consola. El formato de terminal que más me gusta en UNIX es guake. Los motivos son sencillos, es sencillo, puedes ocultarlo y mostrarlo fácilmente y es muy cómodo de utilizar.
Hoy vengo a mostraros como sobrevivo yo a la consola en entornos Windows. Mi herramienta preferida es cmder, un emulador de consola en Windows. Este emulador, en sus preferencias, nos ofrece emular el comportamiento de guake, permitiéndonos tener una consola siempre disponible pulsando una tecla. Algo muy útil para ejecutar programas y ver su desarrollo. Pero como todo, siempre hay pegas. La principal es que en entornos Windows no tenemos todas las herramientas de las que disponemos en UNIX como, por ejemplo el wget, ls, cat, more, less o grep. Mi solución es instalar Cygwin y meterlo en las variables de entorno del sistema. De esta manera tendremos la gran mayoría de las herramientas de UNIX en Windows. Además, si utilizamos otras herramientas como por ejemplo git, nos da información sobre la branch en la que estamos.
En definitiva, no hay que tener miedo a la consola, que aunque la veáis negra, no come.