Estamos en una época en la que el cine está de moda con súper producciones al estilo de “El Hobbit” de Peter Jackson o la última de Marvel “Los guardianes de la galaxia”. Todas estas películas llenas de efectos especiales por doquier, hacen que los espectadores, entre los que me incluyo, puedan disfrutar de una buena película acompañada de un buen paquete de palomitas.
A todos nos gustan esas películas, nada lejos de la realidad, en las que siempre aparece un ordenador en el momento preciso para poder hackear un sistema, o para simplemente conectarnos a la VPN de nuestro antiguo trabajo del cual nos han echado.
Como amante cinéfilo que soy, hace tiempo que dejé de quejarme por la irrealidad de las escenas en las que aparece un informático o simplemente un ordenador, pero no puedo dejar que no salga el informático interior que tengo para reírme de la utilización de la tecnología.
Veamos unos ejemplos.
Por supuesto que todo el mundo sabrá que los mejores hackers del mundo, para la creación de sus “bichos”, únicamente tienen que ir uniendo cubos entre ellos para poder crear una “hydra polimórfica” (explíquenme que es eso), nada más lejos de la realidad. Aquí tenemos a Hugh Jackman en “Operación swordfish” siendo uno de los mejores hackers del mundo, y como no, con siete pantallas se trabaja mucho mejor.
Esta película, también nos demuestra que el trabajo del informático puede tener muchos peligros y ,por supuesto, que cuando se trabaja bajo presión somos capaces de asaltar los sistemas de cualquier organismo gubernamental.
Otra de las míticas escenas de películas en la que vemos que un virus informático no es para nada una tontería, es en la película “Independence day”. En ella, un jovencísimo Jeff Goldblum hace un virus informático con su ordenador Mac para introducirlo en la nave nodriza de los invasores extraterrestres. Añadimos un bonus en el que el virus proyecta un videoclip en las pantallas de la nave nodriza (es una licencia que se ha tomado el que subió el video pero tal como lo ponen podría haber aparecido en el metraje original). Por supuesto esa nave es compatible con todos los periféricos de este mundo.
Después de unas pocas escenas de películas (son viejas pero ya se irán poniendo más), vamos a pasar con algunas de las series en las cuales también suelen ser habituales estas ”hollywoodienses” situaciones.
Una de las series más típicas en relación a este tema es “C.S.I. Miami”. En ella podemos ver siempre a alguno de sus protagonistas trabajando con la última tecnología para conseguir localizar al sospechoso. Por ejemplo, en la siguiente escena podemos encontrarnos como el informático del departamento es capaz de mejorar una imagen de una cámara de fotos hasta el punto de poder obtener la imagen reflejada en el ojo de la persona en cuestión y así localizar al sospechoso en cuestión.
Si nos vamos a su análoga de New York, nos encontramos que los malos de la serie van posteando en su página web en tiempo real. Si encima después tenemos en cuenta los comentarios de Gary Sinise y compañia nos hacen pasar un rato bastante divertido.
Normalmente todos los números de teléfono de EEUU que aparecen en las series y películas, empiezan por el 555, ya que es un prefijo que no existe y,así, evitar que los fans de una serie llamen al número en cuestión. Quiero pensar que la serie “Numbers” hizo lo mismo con la IP que escribe el protagonista en el navegador, y así impedir que la gente se sintiera tentada a conectarse a esa dirección.
Otra con la que de verdad me he divertido mucho ha sido con la serie “Castle”. En ella un escritor ayuda a la policía a resolver los crímenes, lo que es lo mismo, una señorita Fletcher pero actual.
Esta no os voy a hacer spoiler, mejor vedla por vosotros mismos.
Tenemos que tener en cuenta que todas estas series y películas se han hecho para todos los públicos, y sobre todo que no hay tanto perfil técnico como para ver todos los fallos. En sucesivos post seguiremos poniendo nuevos videos, aunque además de los fallos que podemos ver, muchas veces también hacen las cosas bien y eso también se explicará.